Yo te conservo por los siglos de los siglos.

Es largo el tiempo desde que parte el momento en que comienzo a extrañarte, el miedo llega y me eriza la piel al pronunciar tu nombre…
Hubo un vez en que pensé en ti, y lloré, gemí y me arrulló la soledad, me adoptó y alimentó de puros lamentos, lonely had a little black sheep.
Hubo un vez en que sentí un acecho desde la ventana, y la luz del amanecer me cegó y me hizo trizas toda puta ilusión…
Hubo una vez en que te mezclaste con el viento frío, me desnudaste con dulzura y besaste delicado mis hombros mientras mojabas mi cadera y soplabas mi espalda. Fugaz y sin contacto, no efecto, no sensación.
Te extraño tanto que siempre aguardaré por ti. Es tanto que sin tenerte juro nunca dejarte ir. Tanto que tu ausencia me agobia, me enferma, sofoca y arrebata el aliento.
Somos esclavos de la distancia, cruel cadena atada al cuerpo que arrastraré por la vida...
Me aferro a tu recuerdo porque sin ti no puedo, me desvanezco, soy un frágil e inútil ser humano como cualquier otro.
Te quiero, te necesito, tan salvaje y débil… soy una mujer dolida que clama sin voz, tú eres mío para siempre.
Calla desde donde estés, no pronuncies palabra y yo prometo guardar silencio mientras el mundo murmura y nuestros cuerpos, en completa libertad se vuelvan uno solo.
Mientras los vivos abran la boca y expulsen, vomiten y escupan verbos. Ellos hablarán de nosotros más tarde, cuando sigamos echándonos de menos…
Son largas las horas, los minutos, los segundos... es mucho el tiempo sin mi alma completa porque eres tú quien la completa, ha sido tan largo el momento triste y tan breve la sonrisa, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos...