27 de agosto de 2011

Postales de Bowie, Morrisey, Marley y el reloj.

¡Qué maravillosa es la mañana si la comienzo llorando!
Como aquella en la que me tomé el café humeante y sin azúcar, en la que salí al jardín en topless y con boxer ante la mirada atónita de la familia de enfrente y en la que en mi buzón posaban tres postales en lugar de deudas, propagandas políticas o facturas pendientes.
Poco a poco el tiempo vuelve a lo suyo y me da lecciones en forma de postales: "bonjour, soledad", dicen todas como título de presentación.
Yo sé que tardé un tanto en aprender, en darme cuenta que interiormente me voy quedando sola, en éste espacio tan repleto y vacío a la vez, plagado de perfección macabra y destructiva, censurado de sentido y sentimiento; éste espacio sin principio ni final, que convierte vulgar y miserable cada sonrisa nacida de labios sinceros y honestos...
Bien podría ese tiempo haberme escrito sobre no rayar mi nombre en los libros, sobre no nombrar y adoptar a cada gato callejero que me encuentre, sobre acabarme todo el caldo de la sopa o sobre no irme a la cama con los audífonos puestos escuchando en shuffle a Bowie, Morrisey y Marley, esperando quién de los tres llegará a sentenciarme en los próximos tres minutos; pero más tardé en pensar eso que la llegada de ese tiempo en venir a joderme la existencia... ahí entendí que tampoco debo subestimarlo ni llamarlo "tiempoquejode".
Más tardé en abrir la boca para gritar que en lo que él tardó en devorarme, en masticarme y arrojarme de un asqueado escupitajo, en darme la espalda y despreciarme, dejándome ahí con mis miedos, abandonándome en silencio y apagando mi luz... a partir de hoy no tengo consuelo, me siento sola, siempre estaré sola, "vas a quedarte sola en éste mundo agónico", stop me if you think that you've heard this one before... nothing's changed.
¡Qué maravillosa es la mañana si me permite llegar a la noche llorando!

25 de agosto de 2011

The blues are still blue.


Admito que no puedo explicar ninguno de mis pensamientos, que de repente asaltan mis noches perturbando mi sueño; admito que algo está mal en mi cabeza, que no puedo esconder más ésta historia de locos y que de alguna manera al relatarla puedo verte, oírte y sentirte mientras permanezco aquí.

Siento el amor, el placer y la añoranza en tantas formas diferentes. Siento el sol en mis pies, el tiempo golpeándome y la brisa violenta que me impulsa a hundirme en éste mar que poco a poco va embraveciéndose aún más...

Ahora, después de ahogado mi cuerpo, puedo ver el azul, el azul del cielo, de las lágrimas, del cabello que se enreda entre mis dedos húmedos, de los ojos ciegos que nos persiguen... nos sumergen.

8 de agosto de 2011

Espiando desde el tejado.


Antes de que sepas que soy tu guardián, que te observo cada noche mientras duermes, que mire en donde mire te encuentro, y que con besos pretendo curar cada herida que te duela, dame espacio junto a tu almohada, junto a tu pecho, respiremos al mismo ritmo, acércate a mi rostro y mírame dormir mientras finjo que no lo siento, que no muero de ganas de abrir los ojos y sorprenderte con un beso... quiero quedarme en tu cama, y volvernos uno, tanto desear tu boca a la distancia me ha obligado a soñar, soñar que cuides de mí y sigas conmigo a pesar de que se haga de día.

Después de todo y antes de que sepas, lo que quiero decir es que después de ti, nuestras noches y nuestros sueños, después de haber robado tu aliento, y de tantos instantes custodiando tu esencia, llegará el momento de regresar, y no sabré hacia dónde andar...