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Anoche te soñé.

Recuerdo que comenzaba Arcade Fire, esa canción que podría ser favorita del soundtrack de mi vida, mi amor, mi regla: "said your name in an empty room... something I would never do... lalalalalalala" y el violin no lo veía venir, simplemente nos eligió...

No sé porqué llovía, no sé porqué todo era negro, todo era incierto, todo aguardaba en el abismo...

No se trató del cuentecito absurdo en el que un beso pone fin a la utopía, ni en el que estamos en tierra de nadie y diez demonios nos aniquilan. Más bien fue tan factible, tan posible... me ató la verdad de los pies y manos, supe lo que es no respirar, no sentir, no esperar, viví la historia, la vomité, la provoqué, la deshice y la hice esclava antes de nacer, y descubrí que estabas fuera de mi cielo, ese gris que tocábamos para sentirnos, era un sueño profundo y se clavaba en mi mente... y traté de huir, no sé qué pasó, abrí los ojos y seguía ahí, en mi cama pero ahí, en esa realidad bastarda y cruel...

Y como cicatriz llevo tatuada en el alma la frase, la respuesta, la verdad:

"la gran pesadilla es despertar".

Maite Porter.