30 de julio de 2011

Cómo se entrega una mujer...


Mi distracción nocturna favorita es charlar y confesar. Y si de charlas se trata, nos sobran muchas horas. Y si de confesiones se trata, nos sobra mucha vida...

Hoy te revelo, a ti por igual mi distracción nocturna, mi manera de desnudar el cuerpo al entregarme, desde un principio, entre el silencio...
La sombra de mi amante me toma por los hombros, me sopla cálidamente las mejillas y me acaricia las orejas... pasa los dedos entre mi cabello, bajando por el cuello y mi espalda, y desabrocha nervioso el sostén...
Sujeta mi torso contra el suyo, mi piel ya no responde, automática se deja poseer... presiona los dedos en mi cintura, roza las uñas en mis caderas y se aferra a mí en el momento de sentirme salvajemente suya...
Desliza la mirada dentro mis bragas recorriendo mis piernas, envueltos e iluminados bajo la luz que husmea desde la puerta y siendo testigo la triste luna, envidiando que ella fuera así desnudada...

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